El libro de la espalda
- ¿Qué es la quiropráctica?
- Formación universitaria del quiropráctico
- El tratamiento quiropráctico manipulativo
- Examen previo
- Frecuencia y duración del tratamiento
- Seguridad del tratamiento
- Investigaciones científicas sobre la quiropráctica
 
- La cervicalgia
- La rectificación de la lordosis cervical
- El esguince cervical
- La dorsalgia
- La lumbalgia
- La hernia discal
- El síndrome facetario lumbar
- La escoliosis
- Las contracturas musculares
 
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Frecuencia y duración del tratamiento
La frecuencia y duración del tratamiento manipulativo son temas sobre los cuales la profesión quiropráctica ha establecido unas guías clínicas formales. Hay que señalar que estas guías son muy generales y pueden variar en cada caso en particular. Puede haber pacientes que sólo necesiten uno o dos tratamientos así como también hay casos más complicados por su cronicidad, origen traumático o factores concomitantes que necesiten un tratamiento más prolongado.

Por norma general, en casos sin complicaciones se realizan cuatro semanas de tratamiento con una frecuencia de tres sesiones por semana, al final de este periodo ya ha de haber comenzado la mejoría, tras lo cual se espacian progresivamente las sesiones. De no encontrar mejoría a las cuatro semanas, se debe interrumpir el tratamiento porque no estaría siendo eficaz.

Después de haber espaciado el tratamiento se podría necesitar un mantenimiento que puede ser de dos tipos:

  • Cuidados de prevención: es el caso más frecuente y que va dirigido a pacientes previos que no presentan síntomas en el momento actual pero buscan prevenir episodios discapacitantes y de dolor, y aumentar su calidad de vida. De la misma manera que el dentista realiza una limpieza de dientes periódica como prevención de padecer caries. La frecuencia en este caso depende de los factores de riesgo para la columna que conlleve el estilo de vida de cada paciente como su trabajo, hábitos y estado de salud en general. Generalmente puede ser cada 3-6 meses aunque esto es muy relativo. En este caso se encuentran por ejemplo pacientes que han realizado un tratamiento y se encuentran bien, y quieren prevenir una recaída. Las recaídas son posibles cuando no podemos corregir algunos de los factores que causaron el problema en un principio, como por ejemplo el tipo de trabajo o cambios degenerativos permanentes en las articulaciones, y es necesario realizar un mantenimiento para contrarrestarlo. También se incluyen en este grupo los pacientes que aún no han sufrido ningún tipo se síntoma pero buscan una detección precoz y corrección de posible problemas músculo-esqueletales si los hubiese, antes de que lleguen a complicarse con sintomatología y tratamiento.
  • Cuidados de mantenimiento sostenido: este es el caso de los pacientes más complicados que han llegado a su punto máximo de mejoría pero no son capaces de mantener esa mejoría cuando se retira el tratamiento inicial. Generalmente requiere un tratamiento cada dos o cuatro semanas por varios meses después del tratamiento inicial e intentar retirar el tratamiento entonces. Este es el caso de pacientes con patologías muy avanzadas y crónicas o que presentan complicaciones serias cuya capacidad de recuperación completa está mermada.
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